DISEÑO, CONFORT & PATAGONIA
Las habitaciones Standard Lake de Las Balsas, en sus orígenes, respetaban la esencia de la hotelería de la época, típica de patagonia. De las 15 habitaciones que el hotel tenía, 12 eran Standard, con el concepto de pequeñas habitaciones acogedoras, centradas en los pequeños detalles y decoradas cada una con diseño y texturas originales de Patagonia.
La industria fue moviéndose y acomodándose en estilos más modernos. Los huéspedes poco a poco nos fueron pidiendo habitaciones más grandes, camas más grandes, sin dejar de perder lo que todas las habitaciones tenían que era esa espectacular vista al lago.
En este sentido desde 2016, Las Balsas poco a poco fue poniendo rumbo en la misma dirección.
Así se transformaron 6 habitaciones Standard Lake en 3 Studio Suites, modernas, amplias y espaciosas.
Sobre este esquema quedaron las originales 3 Corner Suite, las nuevas 3 Studio Suite y las tradicionales 4 habitaciones Standard Lake, éstas últimas, intactas en estilo desde el año 1988 en que se creó el hotel.
La pandemia ya dijimos que fue un tiempo que aprovechamos para hacer introspección y pensarnos para adelante, y uno de los puntos que trabajamos en equipo fue cómo rediseñar las habitaciones Standard Lake y cómo sostener el espíritu tradicional de patagonia, buscando siempre cumplir con las expectativas de nuestros huéspedes.
En este sentido la incorporación del Arquitecto Mauro Wysocki al equipo Balsas, en plena pandemia, fue clave. A continuación Mauro cuenta el proceso en primera persona:

Cuando me plantean el desafío de re-diseñar y proyectar a nuevo las cuatro habitaciones Standard Lake del hotel, dando inicio a una reestructuración a corto plazo y teniendo como premisa, darle un giro a la manera de ver y pensar las mismas, saliendo de la impronta de una habitación standard y muy arraigada al estilo de habitación típica patagónica de los 90’s.
En la habitación Torre, donde se buscó con pequeños detalles un cambio radical, dándole más apertura espacial con la implementación de un muro en color claro, utilizando la técnica de patinado y acabado vintage, logrando así no perder las vetas del ciprés tan característico.

Se utilizó el espacio sobre el radiador cercano a la cama, transformándolo en un mobiliario de estantes con cantos vivos para una pequeña biblioteca y base de los amenities que brinda el hotel, dando la posibilidad de retirar los mobiliarios que dificultaban el recorrido dentro de la habitación.
Se pasó de un color oscuro en la estructura de la cubierta a un color claro, estos pasos del oscuro al claro son los que generan amplitud y apertura. Se dio un cambio a su solado dejando atrás el alfombrado tan característico en la zona, se retiró el cortinado y visillo antiguo colocando cortinas simples y livianas, generan una vista plena al lago y montañas.

El gran cambio morfológico y espacial se dio en 2 habitaciones, idénticas en forma, centrales y simétricas que dividen al hotel en 2 en su planta alta (Lunera & Maitén), dándole un vuelco y otorgarle vida en esencia y concepción.
Se pensó una habitación luminosa, con amplitud, y vista plena al paisaje, que estando recostados puedan contemplar el lago y las montañas sin ningún obstáculo y además le permita, si es que lo requiera poder usarla como estudio para sus tareas personales.
Para que estas ideas rectoras fuesen llevadas a cabo, primeramente se enfocó con el cambio de matices en el color de sus paredes y tipo de cortinado, para este último se retiró el pesado existente dejando uno más liviano y simple, para las paredes se dio un gran giro, llevando sus colores originales rosa para Lunera y verde de Maitén a un color claro cercano al blanco y solo se le dio color a la pared que soporta el mobiliario.

Para el diseño del mismo y no perder la impronta patagónica, se lo confeccionó en ciprés, cuyo árbol utilizado creció en los terrenos de la hostería, este cayó por el peso de la nieve, en la gran nevada del 2019, utilizando su madera para el diseño de estos muebles, madera tan preciada de esta especie patagónica, buscado simplicidad y funcionalidad para su uso, pero sin perder la esencia de tan característica madera, dejando sus bordes vivos tal cual es su corteza, ese mismo mobiliario fue pensado para servir de estudio, biblioteca y soporte para los amenities que el hotel brinda.

Para que el huésped pueda contemplar el paisaje que lo rodea se elevó el solado en el sector de la cama y así el visitante podrá contemplar desde allí el lago y las montañas, en este mismo sector y al pie de cada cama se colocó un pie de cama artesanal con improntas de patagonia.

Todas estas habitaciones están intervenidas por artistas locales. Sobre las cabezaras de las camas, ubicamos cuadros de artistas locales, cerrando un camino tan buscado por nosotros, en balsas, el camino de la sustentabilidad y el uso y participación de lo local, lográndolo con el uso de la materia prima que una vez supo estar de pie en la hostería y hoy se convirtió en parte de esta, y el reconocimiento y aporte de lo local, donde primeramente un carpintero artesano confeccionó los mobiliarios y 2 grandes artistas plásticos ponen su impronta con sus creaciones.
La gran Raquel Rosemberg para la revista El Conocedor escribía en la sección de Viajes hace más de 20 años atrás acerca de Las Balsas “Recuperar el silencio y el sonido de la naturaleza, reencontrarse con el placer de la contemplación, descansar sin agenda, mimarse con una comida… son solo algunos de los ingredientes que hacen de Las Balsas un lugar único, especial”. Hoy seguimos manteniendo intacta esta esencia en el espíritu del hotel y en cada una de las 10 habitaciones con vista al lago.
© 2022. Las Balsas Relais & Châteaux. All Rights Reserved.











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